Viktor Frankl, El Sentido de la vida
11.01.2015 07:45
"Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros"
Vitork Frankl es el fundador de la logoterapia una escuela psicológica que tiene como idea principal el hecho de que toda vida humana, incluso en las peores circunstancias, es digna de ser vivida, en definitiva, tiene un sentido que el hombre debe encontrar ya que no le viene dado a la conciencia de manera inmediata. El sentido ayuda a mitigar el propio sufrimiento ya que existen muchas formas diferentes de enfrentarse a él. Viktor Frankl era un judío que sobrevivió a los campos de concentración nazi, si bien, su familia no corrió la misma suerte y sus padres murieron. En tales circunstancias, Frankl luchó internamente para no dejarse vencer interiormente y dejarle ganar la batalla al sin sentido, o lo que es lo mismo, al nihilismo, que promueve que todo es un absurdo. El hecho de dotar de sentido experiencias tales como la enfermedad o la muerte produce consuelo en el ser humano ya que aporta razones o motivos para sobrellevar de una manera más optimista esa carga tan difícil. Así afirma: “no hay ninguna situación en la vida que realmente carezca de sentido. Esto significa que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y en especial esa triada trágica en la que se incluyen dolor, culpa y muerte, pueden también llegar a transformarse en algo positivo cuando se afrontan con la postura y actitud correctas”[1].
Por esta razón, afirma Frankl que la labor del médico no es meramente restituir la salud corporal del paciente sino también ayudarle a encontrar la actitud adecuada para enfrentarse a su situación. El hombre es un ser de una grandeza y una nobleza extrema, por esta razón, el autor afirma que un médico que no se haga cargo de este tipo de funciones no se diferenciará en nada de un veterinario, con la diferencia de que el objeto de estudio es distinto: en un caso, las personas, en otro, los animales: “Si se frustra la voluntad de sentido, el hombre está igualmente inclinado a quitarse la vida a pesar de la abundancia y el bienestar que le rodean. Basta con ver las asombrosas cifras de suicidios en los países típicamente prósperos, como Suecia y Austria”[2].
La psicología de la «voluntad de sentido» propia de la logoterapia se opone a la psicología de la «voluntad de placer» propia de la escuela freudiana, y a la psicología de la «voluntad de poder» propia de Adhler. De hecho, Frankl mantuvo contacto al principio de su carrera con Freud.
“El hombre en busca de sentido” es la obra en la que Frankl describe la dureza de su experiencia en el campo de concentración: falta de alimento, exceso de trabajo, malas condiciones de higiene, conciencia de las pocas opciones de supervivencia, incomunicación con los seres queridos… Es un libro que realmente merece la pena leer por su gran riqueza humana. En aquellas condiciones, realmente infrahumanas, Frakl cuenta que muchos de sus compañeros en el campo se dejaron vencer por el sin sentido, sin embargo, él lucho para mantener viva la esperanza en su vida.
Acerca de Víktor:
Viktor Frankl nació en el seno de una familia de clase media, siendo el segundo de tres hermano y creció en un ambiente lleno de tradiciones y cuidados. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Viktor Frankl vivió la escasez económica, cuando con once años de edad debía formarse desde muy temprano en las filas del mercado para conseguir una pequeña ración de alimento. Tras finalizar sus estudios iniciales, ingresó en la Universidad de Viena para estudiar medicina y se especializó en neurología y psiquiatría. Entre 1933 y 1942 Viktor Frankl trabajó en numerosos lugares, entre ellos el Hospital General de Viena y el departamento de neurología del Hospital Rothschild, además de practicar la psiquiatría en forma privada. En 1941 contrajo matrimonio con Tilly Grosser y un año después fue deportado junto a toda su familia al campo de concentración de Theresienstadt (República Checa), para luego ser trasladado a Auschwitz (Polonia) y posteriormente a Kaufering y Türkheim (Alemania). El 27 de abril de 1945 Viktor Frankl fue liberado, y siendo el único integrante de su familia que pudo sobrevivir al holocausto, se propuso poner en memoria de sus seres queridos todas las vivencias y enseñanzas de aquel terrible lugar al servicio de la humanidad. Tras reponerse, Viktor Frankl comenzó a trabajar nuevamente en el policlínico de Viena, donde dictó a varias enfermeras sus vivencias en los campos de concentración que se publicaron tiempo después como "El hombre en busca de sentido". Tiempo después, "El hombre en busca de sentido" fue inscripto en la biblioteca del Congreso en Washington D.C. (Estados Unidos), como uno de los libros que han cambiado el curso de la humanidad. En 1947, Viktor Frankl contrae matrimonio con Eleonore Schwindt y tiempo después nombrado Profesor Asociado de neurología y psiquiatría en la facultad de medicina de la Universidad de Viena, en donde enseñó hasta los 85 años de edad. Fue maestro invitado de la Universidad de Harvard y de varias universidades alrededor del mundo que le otorgaron más de 20 títulos Honoris Causa. Viktor Frankl falleció de un ataque cardíaco a los 92 años, dejando un legado de amor a la vida y esperanza hacia el ser humano.