Carta de Despedida
12.02.2015 22:40
Dicen que cuando culmina una etapa se debe hacer un balance de los logros y desaciertos. En mi caso, una vez terminado dicho balance tras el término de una etapa laboral que tuvo dulce y amargo, pero que ,sin duda contribuyó a mi crecimiento profesional, decidí despedirme con un mensaje que pudo ser uno mas entre tantos. Sin embargo, opté por compartirlo, ya que, no pasó como un mensaje cualquiera y sin ir mas lejos, se ganó un lugar no solo en las personas que lo comparten si no en un espacio público por un tiempo, quizás como forma de poder trascender de algún modo el pensamiento y mensaje inserto respecto de la lealtad que tanto cuesta encontrar entre las personas que nos rodean.
Queridos, amigos, colegas y colaboradores:
No es fácil plasmar en estas líneas la cantidad de sentimientos y recuerdos que atraviesan por mi mente, sin embargo, como en toda partida, es necesario mirar atrás, rescatar lo bueno, olvidar lo malo y corregir los errores cometidos. También es la oportunidad de agradecer el apoyo y colaboración que tuve de ustedes, como asimismo la amistad y lealtad que espontáneamente se manifestó de algunos. Debo reconocer que aprendí de cada uno de ustedes, obvio, de algunos obtuve enseñanzas de vida y esfuerzo y de otros también aprendí lo que no se debe replicar.
Me hubiera gustado que las circunstancias fueran otras, pero, la vida es así, se gana y se pierde. Yo, doy vuelta la hoja y cada uno de ustedes sabe bien cuanto lo considero y respeto, por este motivo, mis palabras son las mismas para todos y no necesito dirigirme en forma particular ni hacer distinción con nadie.
Respecto de lo laboral, no me corresponde a mí valorar lo realizado en estos años, eso lo podrá juzgar cada uno, en su momento y en su contexto, sin embargo, me despido satisfecho de lo realizado en términos humanos, porque siempre he estado convencido que para ser buen profesional, primero de debe ser buena persona, ya que, lo laboral se aprende tarde o temprano, y todo lo relacionado con trabajo tiene solución, pero los valores se forman desde que comenzamos a tener conciencia, luego se practican y en la adultez se fortalecen día a día. Por consiguiente, si alguien no tiene la fortuna de tener una formación que cultive y forme valores desde niño, no puedo esperar que responda de la misma forma ni tampoco puedo culparle por su formación. Es por este motivo que muchas veces he preferido reírme en lugar de tomar enserio a este tipo de personas o actitudes. Doy las excusas si alguna vez alguien percibió desde mi persona ironía o quizás burla, pero la verdad es que prefiero reír que llorar.
En esta, la última oportunidad que me dirijo a ustedes no puedo dejar fuera mi discurso que con algunos he hablado quizás latosa y repetitivamente…… la lealtad.
LA LEALTAD
Un valor sin el cual nos quedamos solos y que debemos vivir nosotros antes que nadie. Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre circunstancias cambiantes y que pudieran perjudicarnos aparentemente.
La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia desde muy pequeños y, cuando somos adultos, no se adquiere por arte de magia. Ella nos conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una persona más evolucionada.
La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, o trabajar en un lugar simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica un compromiso que va más allá: es el estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con el tribunal en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos. La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque, nos sonría y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más trámite. Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que termina ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.
La lealtad es esencial en la amistad. Los conocidos se hacen amigos a través de la lealtad mutua. La lealtad desarrolla la confianza.
Es nuestro deber el ser leal a aquellos que dependen de nosotros: familia, amigos, nuestros subordinados o nuestro empleador, como asimismo uno espera que estas personas sean leales con uno.
La lealtad se relaciona estrechamente con otras virtudes como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras.
Por otra parte, las críticas, las acciones, las omisiones, que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo son un ejemplo de deslealtad, asimismo éstas acciones se tornan aún mas grave cuando la persona que se desprestigia, no tiene la posibilidad de defenderse, o bien, se realiza esta bajeza con la finalidad de obtener algo a cualquier costo. Es lo que yo llamaría el efecto aplanadora.
Pero, OJO:
No basta contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario entender que:
- En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como la confianza y el respeto que debe de haber entre padres e hijos, el tribunal y los funcionarios, entre los amigos, etc.
- Se deben buscar y conocer las virtudes permanentes para cualquier situación, de otra forma se es “leal” mientras se comparten las mismas ideas.
-En resumen, La lealtad no es una consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del discernimiento para elegir lo que es correcto.
Gracias a todos.
Un gran Abrazo,
Rodrigo Gálvez G.